El gusano

Voy a compartir con vosotros un cuento que ha llegado a mis manos, no por casualidad:

Creció sabiendo que era un gusano de cuarta clase.

Sus educadores le enseñaron, tan pronto como tuvo la capacidad de entender, todos los derechos (más bien escasos) y obligaciones correspondientes a su naturaleza de gusano de la clase inferior.

Aprendió también los requisitos y condiciones que le permitirían (tal vez) acceder al codiciado status de Gusano de Tercera Clase.

Ese acceso a la superior categoría era, por supuesto, difícil, muy difícil. Entre los múltiples requisitos que se exigían, el más importante era el de una estricta obediencia a las sabias directrices emanadas de los gusanos de las clases superiores.

Había que ganarse su confianza y mostrarse digno de “ser uno de ellos”........

Sus desmanados intentos de cumplir fielmente las normas de mantenimiento del sistema, fracasaban una y otra vez........

Hasta que un día, (¡un día aciago!) supo que nunca podría conseguirlo....pues mientras que los demás eran capaces de ser gusanos con toda naturalidad, a él no le salía........”aquello no era lo suyo”...........¡¡¡NO SABIA GUSANEAR!!!

Los demás gusanos no eran tontos y se dierón cuenta inmediatamente de que algo no iba según lo establecido..........y le rodearon .......y le increparon:

¡Anarquista! ¡Loco! ¡Pecador!

Aquello acrecentó su sensación de fracaso, de fracaso como gusano, de su futuro como gusano sin futuro.

Así que preso de una honda desesperación, hizo un nudo con la punta de su cola, y se ahorcó.

Lo que fue una lastima, pues si hubiese investigado con atención, habría descubierto que su verdadera naturaleza no era de gusano de cuarta clase, sino de boa constrictor, la más poderosa de las serpientes poderosas...

Hasta aquí el cuento.......Y ahora....¿nos vamos entendiendo?

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