A estas alturas ya nos habremos dado cuenta que los cambios (no crisis) que se están produciendo a nivel mundial en el exterior, solo son un reflejo de los cambios que se están produciendo, que se tienen que producir, en nuestro interior según la Ley Espiritual “Como es adentro es afuera”.
Como se ve no hay más remedio, una Ley es una Ley y exige cumplimiento.
No nos queda otra, hay que asumir estos cambios y la mejor manera de hacerlo es acompañarlos de forma consciente en lugar de intentar evitarlos, porque nadar contra esta corriente es imposible, quien intente hacerlo sucumbirá en el empeño.
¿Cómo hacer este cambio con el menor sufrimiento?
Hemos estamos dando pistas: aceptar...soltar...liberarnos del rencor...en la base de todo está el PERDÓN.
Perdón es la palabra mágica que nos libera... del pasado... de los enganches a los otros...de nuestras propias limitaciones... del sentimiento de culpa por no ser perfectos...de la falta de amor hacia nosotros mismos...principalmente de la falta de amor a nosotros mismos, en esta vida y en vidas pasadas, porque esas heridas son viejas muy viejas.
Solo podemos iniciar un cambio profundo, comenzar una nueva vida cortando todas las ataduras, soltando amarras, solo así podremos llegar a la otra orilla.
Nos equivocamos al sentir que las amarras, los enganches son seguros asideros. No es así, esos clavos ardiendo a los que nos aferramos absorven todo nuestro potencial, nos cortan las alas. Es imprescindible que los soltemos para poder volar. Estos enganches están configurados por deudas Karmicas. Únicamente perdonando podemos soltarlos, únicamente perdonandonos sanaremos definitivamente nuestro Karma.
¡ RENUNCIO A LA LEY DEL KARMA. ME ACOJO A LA LEY DEL PERDÓN Y TODO MI KARMA QUEDA LIBERADO!
Es esta una afirmación potente que debemos tener presente en este trabajo de limpieza.
Una manera muy efectiva de profundizar en el perdón es la técnica de Ho´oponopono que nos llega desde las islas Hawai donde ha sido practicada por los chamanes desde el principio de los tiempos como herramienta de sanación. Hawai es uno de los lugares del planeta donde la magia sigue más viva en la actualidad y por lo que he leido donde están los chamanes más coherentes en este momento.
Hay mucha información interesante sobre Ho´oponopono en Internet, por lo que no me entretengo en contar sus antecedentes, pero merece la pena hacer una búsqueda para ver los testimonios sobre su gran potencial transformador.
Otra manera de trabajar el perdón son los talleres realizados por la Fundación Louis Hay. En Madrid los realizan en colaboración con la Fundación Sauce (no me llevo comisión). Ellos también tienen colgada una meditación Ho´oponopono en su web que se puede descargar gratis, lo que no nos libera de realizar un trabajo personal consciente.
Yo soy eminentemente autodidacta y creo que todos tenemos el poder de sanarnos a nosotros mismos así que os animo a hacer Ho´oponopono solitos. No necesitáis apuntaros a ningún taller, ni a ningún gurú, solo hace falta comprender el proceso.
Hay diferentes maneras de trabajar la técnica. De todas las que a mi me han llegado la que más me convence y es la que yo practico tiene cuatro pasos, cuatro palabras clave: LO SIENTO-PERDONAME-TE AMO-GRACIAS.
Son cuatro pasos que tenemos que dar de forma consciente y si lo hacemos bien sanamos en el otro y en nosotros aquello que nos remueve su presencia. Aquí, al igual que en la Kábala se da un trabajo en pareja. La presencia, el encuentro con el otro nunca en ningún caso es casualidad, es una oportunidad para el auto-conocimiento y la auto-sanación. Por esto es por lo que acabamos dando las gracias. Pero empecemos por el principio.
Se basa en el perdón hacia uno mismo y en el perdón hacia el otro, pero bajo el matiz de que no seremos capaces de perdonar al otro de corazón hasta que no nos perdonemos a nosotros mismos, que es a quienes verdaderamente tenemos que perdonar.
Se trabaja bajo la premisa de que todo lo que el otro me muestra de sí mismo y que tanto me molesta es una parte mía que tengo que sanar y el espejo del otro me ofrece la oportunidad de verlo y trabajarlo. Lo veo en el otro y me molesta a mi porque también es mio, porque lo tengo incorporado a mis esquemas de funcionamiento, si no fuera así me resultaría imposible reconocerlo...y esto es la verdad... aunque duele.
Y aquí viene el sentido de LO SIENTO: Siento ver en ti lo que es mio. “Siento haber removido en ti ese aspecto , siento hacerte sentir y parecer tan mal como te estoy viendo, porque he sido yo la causa, eso que está en ti cuando estás frente a mi y tanto me molesta, no es tuyo es mio”.
En este punto debemos identificar aquello del otro que creo que le tengo que perdonar, y darme cuenta que soy yo quien le tiene que pedir PERDÓN. Perdón por haberle obligado a mostrar ese lado oscuro, por haber removido en él con mi presencia sus aspectos más negativo.
Para identificar estos aspectos debemos conectarnos con el inconsciente al nivel más profundo que podamos, con nuestro niño interior que es el que está dolido, el que sufrió el daño, el que respira por la herida, el que está asustado y tiene miedo de que le vuelvan a dañar.
Debemos hablar con él, preguntarle qué le pasa, qué le asustó, qué le hizo daño...y escuchar. Para abrazarle a continuación y hacerle ver que está protegido, que el daño que ha recibido pertenece a un tiempo superado y que ahora no hay motivo para asustarse, porque es el miedo del niño interior desde el que conectamos con el dolor y desde el qué proyectamos en el otro nuestro lado oscuro.
Y es también a este niño al que debemos pedir perdón, al mio y al del otro, por no habernos hecho cargo de sus emociones y sus necesidades hasta el momento presente. Por no haber visto su miedo dejándole a solas con él.
Por todo ello, PERDONAME.
TE AMO: Dirigiéndonos a nuestro niño interior hacemos una reflexión en esta dirección: Te Amo incondicionalmente, y te Acepto tal como eres. Me Amo incondicionalmente y me Acepto tal como soy.
Cuando me Amo a mi mismo sin condiciones puedo Amar al otro. Pero si para Amarme me pongo condiciones, jamas podré Amar, porque no seré capaz de aceptar los defectos del otro que no acepto en mi.
Y nadie podrá Amarme, porque no puedo esperar que nadie Ame en mi lo que ni yo mismo puedo Amar.
Estaré poniéndome parches, ocultándome, amaran en mi una mentira perfecta y mi energía se irá en mantener los parches en su sitio.
No tengo que ser diferente a mi mismo. En ser auténticamente yo y gustarme como soy, distinto a todos los demás como lo somos todos, reside mi autentico valor. Soy una obra perfecta y única.
Eres una obra perfecta y única. Tus defectos / mis defectos son perfectos porque son los que nos equilibran y nos permiten estar en contacto con el suelo, superarnos a nosotros mismos, desarrollar todo nuestro potencial explorando nuestras posibilidades. Venimos imperfectos para que tengamos la oportunidad de jugar a convertirnos en Dios.
GRACIAS, de corazón gracias, por hacer de espejo, por enseñarme lo que tengo que sanar, aquellas áreas de mi personalidad sobre las que tengo que trabajar para encontrar el potencial que esconden. Gracias por haberte prestado a ser un instrumento para mi crecimiento y sanación.
GRACIAS.
Como se ve no hay más remedio, una Ley es una Ley y exige cumplimiento.
No nos queda otra, hay que asumir estos cambios y la mejor manera de hacerlo es acompañarlos de forma consciente en lugar de intentar evitarlos, porque nadar contra esta corriente es imposible, quien intente hacerlo sucumbirá en el empeño.
¿Cómo hacer este cambio con el menor sufrimiento?
Hemos estamos dando pistas: aceptar...soltar...liberarnos del rencor...en la base de todo está el PERDÓN.
Perdón es la palabra mágica que nos libera... del pasado... de los enganches a los otros...de nuestras propias limitaciones... del sentimiento de culpa por no ser perfectos...de la falta de amor hacia nosotros mismos...principalmente de la falta de amor a nosotros mismos, en esta vida y en vidas pasadas, porque esas heridas son viejas muy viejas.
Solo podemos iniciar un cambio profundo, comenzar una nueva vida cortando todas las ataduras, soltando amarras, solo así podremos llegar a la otra orilla.
Nos equivocamos al sentir que las amarras, los enganches son seguros asideros. No es así, esos clavos ardiendo a los que nos aferramos absorven todo nuestro potencial, nos cortan las alas. Es imprescindible que los soltemos para poder volar. Estos enganches están configurados por deudas Karmicas. Únicamente perdonando podemos soltarlos, únicamente perdonandonos sanaremos definitivamente nuestro Karma.
¡ RENUNCIO A LA LEY DEL KARMA. ME ACOJO A LA LEY DEL PERDÓN Y TODO MI KARMA QUEDA LIBERADO!
Es esta una afirmación potente que debemos tener presente en este trabajo de limpieza.
Una manera muy efectiva de profundizar en el perdón es la técnica de Ho´oponopono que nos llega desde las islas Hawai donde ha sido practicada por los chamanes desde el principio de los tiempos como herramienta de sanación. Hawai es uno de los lugares del planeta donde la magia sigue más viva en la actualidad y por lo que he leido donde están los chamanes más coherentes en este momento.
Hay mucha información interesante sobre Ho´oponopono en Internet, por lo que no me entretengo en contar sus antecedentes, pero merece la pena hacer una búsqueda para ver los testimonios sobre su gran potencial transformador.
Otra manera de trabajar el perdón son los talleres realizados por la Fundación Louis Hay. En Madrid los realizan en colaboración con la Fundación Sauce (no me llevo comisión). Ellos también tienen colgada una meditación Ho´oponopono en su web que se puede descargar gratis, lo que no nos libera de realizar un trabajo personal consciente.
Yo soy eminentemente autodidacta y creo que todos tenemos el poder de sanarnos a nosotros mismos así que os animo a hacer Ho´oponopono solitos. No necesitáis apuntaros a ningún taller, ni a ningún gurú, solo hace falta comprender el proceso.
Hay diferentes maneras de trabajar la técnica. De todas las que a mi me han llegado la que más me convence y es la que yo practico tiene cuatro pasos, cuatro palabras clave: LO SIENTO-PERDONAME-TE AMO-GRACIAS.
Son cuatro pasos que tenemos que dar de forma consciente y si lo hacemos bien sanamos en el otro y en nosotros aquello que nos remueve su presencia. Aquí, al igual que en la Kábala se da un trabajo en pareja. La presencia, el encuentro con el otro nunca en ningún caso es casualidad, es una oportunidad para el auto-conocimiento y la auto-sanación. Por esto es por lo que acabamos dando las gracias. Pero empecemos por el principio.
Se basa en el perdón hacia uno mismo y en el perdón hacia el otro, pero bajo el matiz de que no seremos capaces de perdonar al otro de corazón hasta que no nos perdonemos a nosotros mismos, que es a quienes verdaderamente tenemos que perdonar.
Se trabaja bajo la premisa de que todo lo que el otro me muestra de sí mismo y que tanto me molesta es una parte mía que tengo que sanar y el espejo del otro me ofrece la oportunidad de verlo y trabajarlo. Lo veo en el otro y me molesta a mi porque también es mio, porque lo tengo incorporado a mis esquemas de funcionamiento, si no fuera así me resultaría imposible reconocerlo...y esto es la verdad... aunque duele.
Y aquí viene el sentido de LO SIENTO: Siento ver en ti lo que es mio. “Siento haber removido en ti ese aspecto , siento hacerte sentir y parecer tan mal como te estoy viendo, porque he sido yo la causa, eso que está en ti cuando estás frente a mi y tanto me molesta, no es tuyo es mio”.
En este punto debemos identificar aquello del otro que creo que le tengo que perdonar, y darme cuenta que soy yo quien le tiene que pedir PERDÓN. Perdón por haberle obligado a mostrar ese lado oscuro, por haber removido en él con mi presencia sus aspectos más negativo.
Para identificar estos aspectos debemos conectarnos con el inconsciente al nivel más profundo que podamos, con nuestro niño interior que es el que está dolido, el que sufrió el daño, el que respira por la herida, el que está asustado y tiene miedo de que le vuelvan a dañar.
Debemos hablar con él, preguntarle qué le pasa, qué le asustó, qué le hizo daño...y escuchar. Para abrazarle a continuación y hacerle ver que está protegido, que el daño que ha recibido pertenece a un tiempo superado y que ahora no hay motivo para asustarse, porque es el miedo del niño interior desde el que conectamos con el dolor y desde el qué proyectamos en el otro nuestro lado oscuro.
Y es también a este niño al que debemos pedir perdón, al mio y al del otro, por no habernos hecho cargo de sus emociones y sus necesidades hasta el momento presente. Por no haber visto su miedo dejándole a solas con él.
Por todo ello, PERDONAME.
TE AMO: Dirigiéndonos a nuestro niño interior hacemos una reflexión en esta dirección: Te Amo incondicionalmente, y te Acepto tal como eres. Me Amo incondicionalmente y me Acepto tal como soy.
Cuando me Amo a mi mismo sin condiciones puedo Amar al otro. Pero si para Amarme me pongo condiciones, jamas podré Amar, porque no seré capaz de aceptar los defectos del otro que no acepto en mi.
Y nadie podrá Amarme, porque no puedo esperar que nadie Ame en mi lo que ni yo mismo puedo Amar.
Estaré poniéndome parches, ocultándome, amaran en mi una mentira perfecta y mi energía se irá en mantener los parches en su sitio.
No tengo que ser diferente a mi mismo. En ser auténticamente yo y gustarme como soy, distinto a todos los demás como lo somos todos, reside mi autentico valor. Soy una obra perfecta y única.
Eres una obra perfecta y única. Tus defectos / mis defectos son perfectos porque son los que nos equilibran y nos permiten estar en contacto con el suelo, superarnos a nosotros mismos, desarrollar todo nuestro potencial explorando nuestras posibilidades. Venimos imperfectos para que tengamos la oportunidad de jugar a convertirnos en Dios.
GRACIAS, de corazón gracias, por hacer de espejo, por enseñarme lo que tengo que sanar, aquellas áreas de mi personalidad sobre las que tengo que trabajar para encontrar el potencial que esconden. Gracias por haberte prestado a ser un instrumento para mi crecimiento y sanación.
GRACIAS.
Comentarios
Publicar un comentario