TESINA, 7

LA ALQUIMIA INTERIOR Y LA SOMBRA COLECTIVA

Aparte de la sombra personal de cada uno, como parte integrante del grupo humano que se desarrolla en unas coordenadas temporales concretas, cargamos con un saco que tiene un contenido especialmente interesante, y desde mi punto de vista, difícil de vaciar. Este saco esconde la sombra colectiva.
A lo largo de la historia de la humanidad se han ido generando arquetipos que representaban aquello que no podía ser hecho o mostrado, aquello por lo que los miembros del grupo podrían ser castigados por la mayoría…representan la prohibición, la culpa y el castigo.
Como ejemplo, la primera historia que nos hace conscientes del bien y del mal, dice la Biblia:
“La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que Yahveh Dios había hecho. Y dijo a la mujer: ¿Cómo es que Dios os ha dicho: no comáis de ninguno de los árboles del jardín? Respondió la mujer a la serpiente: Podemos comer de los frutos de los árboles del jardín. Más del fruto del árbol que está en medio del jardín, ha dicho Dios: No comáis de él, ni lo toquéis, so pena de muerte”
Pedro López Clemente es un elaborador de esencias florales que con una perspectiva muy personal aborda este aspecto de la sombra bajo la denominación de herencia de los ancestros.
El mensaje de Pedro se centra en varias ideas que me parecen lúcidas y reveladoras del momento presente, pero en esta ocasión quiero hablar del proceso que él define como Alquimia Interior que nos ofrece otra perspectiva de la sombra y del proceso de iluminarla.

La Alquimia se ha entendido tradicionalmente como la transmutación del plomo en oro. El proceso de Alquimia Interior consistiría en un cambio de frecuencias a nivel del hipotálamo que convertirían las sales celulares de nuestro organismo que contienen plomo en oro. Ello implicaría cambios hipotalámicos y transformaciones biológicas.

Estos cambios en el psiquismo determinan mi umbral de “discernimiento transcendente” que sería la capacidad de salir de lo mundano, de mirar hacia arriba y recibir la inspiración de lo sagrado. En otras palabras, salir de la mente ordinaria y conectar con la Mente Superior para activar el proceso de Iluminación.

Cuando encarnamos, junto a nuestra memoria celular primigenia e inmaculada (el hidrogeno es el sistema de memoria de la naturaleza) que nos habla de Quienes Realmente Somos, se graba en nuestro disco duro otra impregnación, la herencia de los ancestros (relacionado con el inconsciente colectivo, del que forma parte la sombra colectiva), que condiciona nuestra toma de decisiones y nos aleja de la posibilidad de ser conscientes de nuestro Propósito, y de nuestra Conexión Superior. Este sería el pecado original, o el origen del pecado, que es lo mismo: perder la conexión.

A esta grabación superpuesta al programa original la llama Pedro López Clemente “la mentira celular”, porque nos aleja de quienes realmente somos, siendo que el pensamiento con el que nos identificamos no es nuestro, sino que pertenece a la memoria de la tribu y nos hace repetir patrones de conducta que se activan desde el miedo, o sea, desde la sombra colectiva.

La manera de recobrar la “memoria de sí” y salir de estos patrones es ser fiel a uno mismo, al Si Mismo.

¿Cuando soy fiel a mi mismo y me alejo de la respuesta de la tribu?

Cuando me esfuerzo en que en mi toma de decisiones no tenga un papel importante el miedo, el egoísmo, mis carencias o la necesidad de reconocimiento, o sea, la necesidad de ser aceptado por el grupo.

Para ello necesito atención a mi mismo, disciplina y perseverancia, y así me mantengo en la IMPECABILIDAD.

Cuando actuamos desde ese aspecto de la sombra que llamamos miedo, activamos lo más denso de nuestras células. Así, la mayoría de las decisiones equivocadas las tomamos desde el miedo, reforzando el psiquismo celular de los ancestros con lo que es más difícil que tomemos decisiones inspiradas desde lo Trascendente.

Cada vez que tomo mis decisiones libres del miedo puedo hacerlo de forma más equilibrada.

Cuando mi prioridad es responder libre de la sombra del egoísmo, de forma justa y ecuánime, se activa a nivel celular la energía mas sutil, la esencia original, contenida en las moléculas de hidrogeno, reduciendo con ello el psiquismo de los ancestros y aumentando la claridad y la oportunidad de encontrar el camino que me lleve al recuerdo del Ser de Luz que realmente soy y de mi propósito en el mundo.

En función de la cantidad de ombligo que quito en mi toma de decisiones podré encontrar mi camino, pero no me puedo quedar en el pensamiento, tengo que pasar a la acción, únicamente cambiando mi manera de hacer las cosas cambio la energía. El cambio de perspectiva se convierte así en algo ejecutivo: nos tenemos que mover de sitio, es únicamente el movimiento lo que lleva al cambio.

Cuanto más impecables y más puros seamos, más virtud iremos poniendo en nuestra memoria celular, contrarrestando con ello el error de los ancestros que nos desvía de nuestro camino, que nos lleva a dar respuestas automáticas al medio pensando que las respuestas son nuestras, o sea, sin conciencia del error.

Esto implica estar presentes en el DIA a DIA buscando continuamente mayores niveles de rectitud y equidad más allá de nuestro ombligo. Cuando se adquiere “virtud celular” a través de ser impecables se adquiere DIGNIDAD CELULAR.

Recuperar Dignidad Celular va acompañado de un aumento de discernimiento y claridad mental.

Lo que importa no es lo que se hace sino desde donde se hace: sobreponiéndose al miedo en la hora de tomar decisiones; actuando no desde lo que me conviene sino desde lo que es justo aunque me perjudique la jugada; no tomar decisiones desde la búsqueda de aplauso o reconocimiento…Una pista para pillarnos: cuando necesitamos justificarnos es que no hemos sido impecables.

Dicho someramente: mediante la adquisición de virtud celular a través de la impecabilidad llevada a la acción, se produce un cambio de energía que provoca un cambio hipotalámico que envía señales a la pineal y luego al timo, lo que elimina la memoria de los ancestros, “el error celular”, la sombra colectiva, y nos permite recordar quienes somos, y volver con ello a la Unidad. Pero para poner en marcha este proceso tenemos que despertar al hipotálamo desde la virtud celular que se produce cuando comenzamos a hacer las cosas de otra manera.

Todas las claves de quienes somos las tenemos dentro, la búsqueda que tiene que ver con la “memoria de si” es una búsqueda interna, si tomamos la decisión de ser impecables y perseveramos en el intento comenzaremos a mover fichas y avanzaremos con paso firme en el camino del autodescubrimiento.

Pero para tener futuro hay que dejar atrás el pasado, porque sino, tu futuro sigue siendo una continuación del pasado.

Hay que aislar la información del pasado ancestral para poder elegir nuestro propio camino y hacer lo que tenemos que hacer libres de condicionamientos. Al responder con impecabilidad, lejos del miedo, el egoísmo, las carencias y la necesidad de reconocimiento, es lo que estamos haciendo.

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