Respondiendo a Marian

Lo primero, agradecerte a ti, tu respuesta.

Y a la vez, que no lo segundo, agradecer al Universo la Sincronicidad. Verdaderamente Él se encarga de todo.

Y más sincronías...

Ayer me puse a meditar sobre el sueño de mi hija, porque desde luego, en cuento profundizamos, tiene mucha más miga de la que pueda parecer...pues bien, me llegó de lo profundo otro mensaje, y sentí escribirlo, pero también sentí que tenía que esperar, que no había prisa, que llegaría el momento...ahora sé porque lo sentí: Antes tenía que recibir la confirmación al mensaje de mi meditación,  a través de tu entrada sobre los Evangelios Apócrifos.

Lo que me llegó con gran claridad fue lo siguiente: Sí yo, madre mortal, me ocupo de mi hija, la ayudo a pasar sobre los peligros y sus temores, llevándola en volandas a un paraíso de pájaros de colores donde ella se sienta a salvo, ¿Que no hará por nosotros nuestro Padre que está en los Cielos?, ¿Que no hará por nosotros un Padre Omnipresente y Omnipotente que todo lo puede y que sabe en todo momento lo que cada uno de nosotros necesita?

Vi claramente que ese salto que yo daba llevando  mi hija, solo era un pálido reflejo de un Salto Mayor, del Salto del Espíritu en él que es¨Él,  el que me lleva a mi en volandas sobre las dificultades, hasta un Paraíso en él que me sienta a salvo y protegida, en el que todo sea fácil y reine la serenidad.

Yo me vi saltando en los brazos de mi Padre Celestial, por eso el espacio donde transcurre el sueño es un espacio con altas paredes pero a cielo abierto: Él Cielo  ya está aquí, siempre está aquí, el Cielo nos contempla, siempre dispuesto a asistirnos en cualquier momento, siempre asistiendonos, de hecho.

Exactamente eso Marian: "El Salto del Señor".

Encantada de retomar esta intensa conversación, y de que El Universo participe con nosotras aportando la magia de la sincronicidad.

Un beso

Comentarios

  1. Sucedió en cierta época que muchos niños iban en seguimiento de Jesús para divertirse en su compañía. Más había un padre de familia que ,airado al ver que su hijo se iba con Jesús, lo encerró, con el fin de que no le siguiera más, en una torre fortísima y solidísima, donde no había agujero ni entrada alguna fuera de la puerta y un ventanuco estrechísimo que apenas dejaba pasar un poquito de luz, y la puera estaba escondida y bien atrancada. Y ACONTECIÓ A AQUEL PADRE DE FAMILIA que un día se acercó por allí Jesús con sus compañeros para jugar. Al oírlos el niño encarcelado, se puso a gritar junto a la ventana:"Jesús, compañero queridisimo, al oir tu voz ha aplaudido mi alma y me he sentido lleno de alivio.¿Por qué me dejas aquí encerrado?"Jesús se volvióhacia él y le dijo:"Alargame una mano o un dedo por el agujero".Y, habiendo hecho esto,tomó Jesús de la mano a aquel niño y le sacó a través de aquel estrechísimo ventanuco. Y el muchacho se fue en su compañía.Dijole Jesús:"Reconoce el poder de Dios y cuenta en tu vejez lo que Dios te ha hecho en su infancia". Al darse cuenta de lo ocurrido el padre de familia, lo primero que hizo fue irse a la puerta.Y al encontrarlo todo intacto, dio gritos y dijo que era un fantasma. Y es que sus ojos estaban cerrados para reconocer el poder divino.
    Arati a esta bellisima historia le sucede la del salto del Señor en la que este hombre al ver como Jesús cura a niños caídos después de querer ir lleno de ira a pegarle acaba adorando a Dios Adonay.Este salto se relata así: Jesús burló su ira dando un salto desde la cumbre de la montaña hasta un punto que distaba como un tiro de arco."
    Que bueno !eh!,je. Pues si, un placer volvernos a encontrar por estas líneas internáuticas, dejemos que fluya. Que curioso el universo...es un libro abierto, o mejor un corazón abierto.Bss. Marian

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