Todas las mañanas llego deprisa y corriendo a la parada del autobús de mi pueblo.
Han cambiado el horario, solo cinco minutos, pero eso marca la diferencia entre llegar sobrada de tiempo o con la lengua fuera y a todo correr.
Hace dos días lo volví a pillar por los pelos, llegué a la parada a media carrera y acalorada.
En la parada había un abuelo con pinta de haber llegado con tiempo de sobra, como hay que llegar a los sitios.
El abuelo estaba torrandose al sol de las nueve de la mañana.
Era un hombre bajito, con alpargatas de las de toda la vida de antes, curtido en el huerto y posiblemente también en la vaquería.
El abuelo debía tener más de ochenta años, parecía una encina chaparra, sólido y compacto.
Cuando llegué a la parada, jadeando, me miró muy sonriente y me dio los buenos días de rigor: "buenos días mujer"...en Guadalix nos saludamos todos cuando nos encontramos en un sitio poco transitado, aunque no nos conozcamos, y cuando no nos conocemos, más.
A los dos minutos llegó el autobús...yo estaba sentada en el banco de la marquesina...torrandome al sol de las nueve de la mañana...el abuelo al ver que yo me tomaba con calma lo de ponerme en pie, me hizo un gesto para que me levantará...un gesto de lo más familiar...cuando me acerco a él para prepararme a subir al autobús, se vuelve y con una sonrisa de oreja a oreja me dice: ¡¡TODO LLEGA!!
Yo me rio y le contesto, "sobre todo el autobús"...y él responde:
NO SOLO EL AUTOBÚS, TODO LO DEMÁS TAMBIÉN LLEGA
Podría acabar aquí mi relato y estaría completo....pero lo voy a continuar...
Subí al autobús tras el abuelo, y cuando me senté, una oleada de profunda paz junto con una sutil alegría inundaron mi corazón...empecé a darme cuenta de que este hombre, este Anciano, era un mensajero, y que me había transmitido un mensaje claro y alto...
...Yo llevaba varios días recordando un sueño que tuve hace años en el que viajaba en el autobús rodeada de luz dorada, con zapatos nuevos y dinero en los bolsillos...llevaba días sintiendo que ya era el momento de la realización del sueño...
...Estas justas palabras en el momento justo me vienen a confirmar estas sensaciones a la vez que me dan esperanza por todo lo que vendrá, por todo lo que llevo esperando tanto tiempo, unas veces con más paciencia que otras...
...Y lo mejor de todo es cómo funciona nuestro magnifico cerebro, diseñado con una perfección pasmosa...
Ahora, cada vez que monto en el autobús, una sensación de dicha y paz abren mi corazón, y me quedo arrebatada por el amor que se desprende de la experiencia durante por lo menos media hora...
...Mi mente ha creado una respuesta condicionada basada en la conexión más básica que tiene el organismo, el paradigma del condicionamiento clásico,basado en una asociación elemental de estímulos.
Así, algo tan prosaico como es viajar en el autobús se está convirtiendo para mi en una fuente de profundo bienestar, con solo subir en él cada mañana...nada de horas de meditación, sesiones de yoga o tai-chi...
Tiene mucha mucha gracia lo fáciles que son las cosas cuando suceden de forma natural y lo difíciles que solemos hacerlas cuando las andamos persiguiendo...
...Y tiene mucha gracia los mensajeros con los que nos honra el Universo cuando quiere ponerse en contacto con nosotros para hacernos llegar sus mensajes.
Han cambiado el horario, solo cinco minutos, pero eso marca la diferencia entre llegar sobrada de tiempo o con la lengua fuera y a todo correr.
Hace dos días lo volví a pillar por los pelos, llegué a la parada a media carrera y acalorada.
En la parada había un abuelo con pinta de haber llegado con tiempo de sobra, como hay que llegar a los sitios.
El abuelo estaba torrandose al sol de las nueve de la mañana.
Era un hombre bajito, con alpargatas de las de toda la vida de antes, curtido en el huerto y posiblemente también en la vaquería.
El abuelo debía tener más de ochenta años, parecía una encina chaparra, sólido y compacto.
Cuando llegué a la parada, jadeando, me miró muy sonriente y me dio los buenos días de rigor: "buenos días mujer"...en Guadalix nos saludamos todos cuando nos encontramos en un sitio poco transitado, aunque no nos conozcamos, y cuando no nos conocemos, más.
A los dos minutos llegó el autobús...yo estaba sentada en el banco de la marquesina...torrandome al sol de las nueve de la mañana...el abuelo al ver que yo me tomaba con calma lo de ponerme en pie, me hizo un gesto para que me levantará...un gesto de lo más familiar...cuando me acerco a él para prepararme a subir al autobús, se vuelve y con una sonrisa de oreja a oreja me dice: ¡¡TODO LLEGA!!
Yo me rio y le contesto, "sobre todo el autobús"...y él responde:
NO SOLO EL AUTOBÚS, TODO LO DEMÁS TAMBIÉN LLEGA
Podría acabar aquí mi relato y estaría completo....pero lo voy a continuar...
Subí al autobús tras el abuelo, y cuando me senté, una oleada de profunda paz junto con una sutil alegría inundaron mi corazón...empecé a darme cuenta de que este hombre, este Anciano, era un mensajero, y que me había transmitido un mensaje claro y alto...
...Yo llevaba varios días recordando un sueño que tuve hace años en el que viajaba en el autobús rodeada de luz dorada, con zapatos nuevos y dinero en los bolsillos...llevaba días sintiendo que ya era el momento de la realización del sueño...
...Estas justas palabras en el momento justo me vienen a confirmar estas sensaciones a la vez que me dan esperanza por todo lo que vendrá, por todo lo que llevo esperando tanto tiempo, unas veces con más paciencia que otras...
...Y lo mejor de todo es cómo funciona nuestro magnifico cerebro, diseñado con una perfección pasmosa...
Ahora, cada vez que monto en el autobús, una sensación de dicha y paz abren mi corazón, y me quedo arrebatada por el amor que se desprende de la experiencia durante por lo menos media hora...
...Mi mente ha creado una respuesta condicionada basada en la conexión más básica que tiene el organismo, el paradigma del condicionamiento clásico,basado en una asociación elemental de estímulos.
Así, algo tan prosaico como es viajar en el autobús se está convirtiendo para mi en una fuente de profundo bienestar, con solo subir en él cada mañana...nada de horas de meditación, sesiones de yoga o tai-chi...
Tiene mucha mucha gracia lo fáciles que son las cosas cuando suceden de forma natural y lo difíciles que solemos hacerlas cuando las andamos persiguiendo...
...Y tiene mucha gracia los mensajeros con los que nos honra el Universo cuando quiere ponerse en contacto con nosotros para hacernos llegar sus mensajes.
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